La Catedral: la nave central, el refectorio, los claustros, espacios para distintas religiones, las criptas y los coros.
Recorrer la catedral de Justo supone contemplar el duro trabajo que realizó día tras día, durante sesenta años, para crear un conjunto que contase con todos los elementos propios de un importante edificio religioso: una gran iglesia de tres naves con coro, un refectorio, varios claustros, un baptisterio y una cripta en la que Justo pretendía ser enterrado. El templo sigue los modelos de importantes construcciones arquitectónicas de la historia. Le invitamos a que nos acompañe para descubrir algunos detalles de esta magnífica construcción.
La planta basilical, dividida en tres naves separadas por columnas, nos remite a los edificios públicos de la Roma antigua y a las grandes iglesias de la cristiandad. Sus arcos, arquivoltas y otros elementos decorativos, quieren recordar al estilo románico que Justo tanto admiraba. Las naves, siendo la central más ancha, están cubiertas por bóvedas de medio punto, todavía inacabadas, y en donde puede observar los materiales de construcción, alambres curvos y hormigón.
Ahora acérquese a la cabecera del templo, organizada en un gran ábside, donde está situado el altar. En este ábside, orientado hacia Jerusalén, puede observar las frases del Papa Francisco: “Abrid las puertas de las Iglesias”. Esta mismas frases las puede encontrar en la Iglesia de San Antón, situada en la calle Hortaleza 63 de Madrid. Dicha Iglesia, declarada Bien de Interés Cultural y que data de mediados del siglo XVIII, permanece abierta 24 horas todos los días de año, siendo una isla de misericordia, un oasis de paz y oración, en el corazón de Madrid.
Desde esta parte de la catedral de Justo, puede ver como la nave central está rodeada por un triforio, que ofrece unas vistas espectaculares de todo el recinto. Sobre las naves laterales se encuentra el coro, que se extiende por todo el perímetro del templo. Si mira a lo alto, las hermosas vidrieras de colores nos hacen pensar en la luminosidad del Gótico y repiten algunos de sus motivos más recurrentes: la paloma como el Espíritu Santo, el cordero de Dios, los tres Reyes Magos… Las escenas de la nave central, pintadas por el artista Carlos Romano cuando apenas tenía 19 años, representan escenas de la vida de la Virgen y de la infancia de Cristo, y nos conducen a la decoración interior de hermosas iglesias góticas y renacentistas. La luz que entra por las ventanas o por los rosetones, refleja sus colores en las paredes y el suelo.
En uno de los laterales se puede observar un gran mural de cinco metros de ancho, creado por el dúo de artistas soriano “Dar la lata”, como homenaje a Justo Gallego. Para ello emplearon más de dos mil setecientas latas de treinta y un colores diferentes. Como puede observar, el resultado que consiguieron es sorprendente, y su particular brillo lo convierte en una suerte de mosaico radicalmente contemporáneo hecho con material reciclado.
A los pies del ábside se sitúa la cripta del templo, en la cual Justo pretendía ser enterrado. Finalmente, por expreso deseo de su familia, Justo fue enterrado en el panteón familiar del cementerio de Mejorada del Campo. Puede acceder a la cripta desde la nave principal, donde está usted situado: hay una escalinata que comunica esta planta con la cripta. También puede acceder a ella por el patio a través de una puerta lateral. En la cripta un altar esférico con base circular que se eleva justo a la altura del crucero.
¿Qué materiales utilizó Justo para la construcción de este templo? La mayor parte son materiales reciclados, donados por empresas y particulares. Por ejemplo, para los pilares, utilizó botes de plástico rellenos de hormigón, mientras que los ladrillos de los muros son los desechados por las fábricas. Ruedas de bicicleta, muelles y objetos de la vida cotidiana son protagonistas absolutos en la creación de este colosal templo. Sin duda, una oda a la creatividad: la escasez de medios materiales hizo aguzar el ingenio a Justo para sacar el máximo rendimiento a los pocos recursos disponibles.
Hay un elemento que llama poderosamente la atención tanto el interior como en el exterior de la iglesia. Es la gran cúpula de 11 metros de diámetro y 35 metros de altura que imita la espectacularidad de la proyectada por Miguel Ángel en la basílica de san Pedro, en Roma. Además en la catedral hay dos torres principales y otras 24 torres más pequeñas con sus cúpulas.
Un paseo por el resto de los 4.700 metros cuadrados construidos nos revela muchas otras sorpresas, y es que la catedral está llena de detalles que sorprenden en cada rincón. El templo tiene cinco claustros que conectan la iglesia con otros espacios de la construcción, por ejemplo, si baja por las escaleras situadas en el lateral derecho, podrá llegar a uno de los patios donde observará el inicio de la catedral donde Justo colocó la primera piedra.