Bienvenidos a la catedral de Justo, un lugar de encuentro para todas las personas, realizada por las manos de un hombre. Un espacio para acoger a todos, hombres y mujeres, ricos y pobres, para los que creen y para los que no creen, un lugar de encuentro para distintas religiones. Acompáñenos a descubrir detalles de la construcción y la vida de su constructor, Justo Gallego.
El 12 de octubre de 1961, Justo Gallego comenzaba a construir una capilla dedicada a la Virgen del Pilar en las antiguas zonas de labranza de Mejorada del Campo. Por aquel entonces no sospechaba que esa modesta construcción se acabaría convirtiendo en un proyecto mucho más grande y ambicioso al que dedicaría toda su vida. Tampoco imaginaba que con el tiempo medio mundo contemplaría su obra con una mezcla de admiración, sorpresa y fascinación.
Pero ¿qué impulsó a un labrador sin estudios arquitectónicos de ningún tipo a entregarse en cuerpo y alma a sesenta años de duro trabajo? Justo Gallego creció en una familia profundamente religiosa. Con 27 años decidió ingresar en el monasterio de Santa María de Huerta, en Soria, para convertirse en monje cisterciense, pero enfermó de tuberculosis y tuvo que abandonar el monasterio, para evitar contagiar al resto de monjes. Regresó a Mejorada del Campo e interrumpió el plan de vida que había trazado. Tardó todo un año en curarse y, una vez hubo recuperado las fuerzas, decidió levantar una pequeña ermita en honor a la Virgen como acto de agradecimiento por haber superado la enfermedad.
Comenzó la construcción en un extenso terreno que había heredado de sus padres en su pueblo natal, Mejorada del Campo. No tenía experiencia en la construcción, no contaba con conocimientos arquitectónicos, ni con un plan de trabajo, ni bocetos del proyecto. Sus planos estaban dibujados en su mente, inspirado por el estilo arquitectónico romano, y aquello que había leído y visto en libros sobre arquitectura románica y castillos. Pronto sintió que el proyecto podía, y debía, ser más grande. Y así fue. Justó estuvo más de sesenta años construyendo por su cuenta, una increíble obra de arquitectura, utilizando únicamente materiales de desecho del polígono industrial cercano. “Esta catedral sólo se ha hecho con lo que no quería la gente y yo lo he transformado”, como decía Justo.
Financió la obra y su frugal estilo de vida gracias a los beneficios que obtenía de la parcela familiar que había recibido, y de las aportaciones particulares y donaciones privadas de los peregrinos. Y así, poco a poco, fue avanzando en su obra de forma completamente libre y al ritmo que sus recursos y su inspiración le marcaban. En palabras de Justo: “Cuando uno cree, uno también puede reconstruir un lugar hermoso con sus propias manos”. Y así financió y construyó una obra arquitectónica que más tarde tendría 4.700 metros cuadrados, 35 metros de altura en su punto más alto, una planta central de 50 metros de largo, una cripta subterránea, dos claustros, un baptisterio, 12 torreones de 60 metros de longitud, 28 cúpulas y más de 2.000 vidrieras. Durante los años que dedicó a este proyecto, Justo contó con la ayuda puntual de muchas personas.
Un hombre sencillo como Justo Gallego consiguió poner a Mejorada del Campo en el mapa nacional e internacional. En 2004 participó en la exposición The Real Royal Trip, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York; en 2005 fue contactado por Aquiarius, empresa española de refrescos, para que contara su historia en una campaña publicitaria, lo que dio al proyecto mucha visibilidad, y en el 2017 la catedral apareció en el New York Times. Desde entonces, miles de personas de casi todos los países del mundo, visitan esta catedral para admirar la obra de Justo Gallego. Además, cientos de medios de comunicación se han interesado por su trabajo. Las entradas en Google y en YouTube son innumerables.
Tras sesenta años de intenso trabajo, lo que en origen iba a ser una pequeña capilla, se convertiría en un templo, donado en 2021 a Mensajeros de la Paz, encargados de terminar y conservar su obra y, convertir este espacio en un lugar de encuentro de todas las personas y todas las religiones.